Tenemos un mapa de una ciudad, desarrollado por Google (Google Maps). En él vamos a construir una cartografía de la gastronomía subterránea de esa ciudad; aparecerán esos sitios que no hacen parte de las guías editoriales o turísticas, como las empanadas de la señora que se sitúa en alguna esquina y el salchichón con limón que venden en cierto parque.
La construcción de la cartografía será un proceso colaborativo, porque nosotros marcaremos un primer punto, pero el siguiente lo denotará el lugar al que más referencias haga la gente. Para ello cualquiera podrá agregarle información al mapa (tip, foto, video), ya sea por medio de un desarrollo que hagamos o de la adaptación de herramientas ya creadas como instagram o foursquare.
El lugar con más contenidos, además de ser el siguiente punto de la cartografía, aparecerá en un microprograma de tv, para lograr darle visibilidad a esas personas y talentos que no aparecen en ningún medio. El contenido del microprograma, entonces, depende de la participación ciudadana y la estética debe remitirnos a la de la cartografía.
Los mismos microprogramas se ubicarán también en cada punto de la cartografía (ya sea a través de youtube u otra plataforma).
Los productos finales serán entonces una cartografía, con diferentes lugares georeferenciados que servirá de guía gastronómica y varios microprogramas para tv. Pero ambos están interrelacionados.
Con esta cartografía visualizaremos, dentro de un territorio, la subjetividad colectiva frente a la gastronomía colombiana.